
En este sentido parece oportuno recordar, de manera somera, algunas de las dimensiones que habría que considerar a la hora de abordar el trabajo en el aula con las tecnologías. Esto nos permitirá reconocernos y reconocer a los demás de manera mucho más ajustada. Pero sobre todo nos permite reflexionar sobre nuestra propia práctica y nuestro propios posicionamientos metodológicos.
Cuatro son las dimensiones que vamos a plantear:
1.-Dimensión Instrumental: aquella que nos remite sin más al manejo y conocimiento del hardware y el software.
2.- Dimensión Cognitiva: hace referencia a la adquisición de conocimientos -estaríamos ante la formación y actualización docente-, y su posterior comunicación.
3.- Dimensión Actitudinal: se trata de huir de la tecnofobia en igual media que del optimismo acrítico tan extendido.
4.- Dimensión Axiológica: tenemos que considerar que los valores que conllevan las tecnologías no son neutros o asépticos. Este aspecto resulta especialmente importante en un momento como el actual en el que el tratamiento de los valores se ve esencialmente limitado, debido a las restricciones que la nueva ley educativa plantea en relación con su desarrollo y tratamiento.
Si reflexionamos sobre estas dimensiones encontraremos nuestro lugar y posición y muy probablemente el de los demás. El problema reside en reconocerse y actuar en consecuencia.
*Manzanares, A (Coord): Temas educativos en el punto de mira. Madrid, Wolters Kluwer. 2012.
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